SER DOCENTE EN LA ESCUELA DIGITAL
Puedes acceder al Aula Virtual de la Fundación y registrarte en el curso en este enlace
Manuel Area
Catedrático de Tecnología Educativa. Universidad de La Laguna
La docencia es una profesión cargada de futuro. En esta segunda década del siglo XXI todos los ciudadanos, independientemente de la edad, de su condición social o de nivel cultural, necesitamos constantemente algún tipo de formación y por tanto cada vez, en mayor medida, son imprescindibles los profesionales educativos. Entre otras razones porque la tecnología digital está trasmudando de forma constante y acelerado los contornos y espacios de nuestra existencia diaria obligándonos a tener que estar formándonos de modo continuado.
La escuela del siglo XXI necesariamente tiene que apropiarse e integrase en el contexto de la cultura y sociedad digital. No sólo hemos de entenderla como un espacio educativo lleno de aparatos conectados al ciberespacio, sino fundamentalmente como un territorio de experiencias de aprendizaje valioso y variado que ocurren en interacción con otros humanos bien de forma presencial, bien mediados a través de artefactos. No debemos olvidar que la tecnología es solo un instrumento, un objeto o herramienta, un artefacto que media entre profesores y unos estudiantes. Lo que se aprende y lo que se enseña son decisiones humanas que no dependen de la tecnología empleada, sino de las concepciones y competencias pedagógicas del profesorado. Por ello, es relevante una nueva profesionalidad docente que sepa enfrentarse y tomar las decisiones adecuadas para crear y gestionar situaciones de aprendizaje en entornos tecnológicos.
Hemos de recordar que los dos factores más relevantes en el aprendizaje con tecnologías son el método de enseñanza desarrollado con las mismas (es decir, qué actividades de aprendizaje tienen que realizar los estudiantes), y la interacción comunicativa entre los estudiantes y el docente. Es una falacia o mitificación creer que una abundante tecnología producirá de forma casi automática una mejora en la calidad de los procesos educativos. Eso se conoce como el “determinismo tecnológico” y desde hace muchos años sabemos que no funciona.
A finales del pasado año, la UNESCO hizo público un informe titulado Replantear la educación: ¿hacia un bien común?, donde nos ofrece una mirada sobre la educación en la evolución hacia la sociedad global del 2030. Los tópicos y conceptos que maneja son relevantes en el discurso sociocultural del presente: desarrollo sostenible, humanismo, mundo complejo, bien comun, diversidad, tecnología …
Lo que nos señala este informe, entre otros supuestos, es que la tecnología es una condición necesaria, pero insuficiente si de lo que hablamos es de educar a la ciudadanía para construir una sociedad de mayor bienestar. Desde hace una década muchos expertos e instituciones internacionales sugieren que la escuela del siglo XXI tiene que reinventarse. Este proceso de transformación de la educación escolar en el contexto de la sociedad digital implicará, entre otras, el desarrollo práctico de ideas como las siguientes:
- Reformar el curriculum escolar de forma que no esté organizado de modo segmentado o dividido en asignaturas separadas –tal como existe actualmente-, sino planteado de forma integrado en torno a ámbitos problemáticos interdisciplinares así como que enfatice más en los estudiantes el desarrollo de las competencias de aplicación funcional del saber para resolver situaciones problemáticas que la mera adquisición de contenidos disciplinares.
- Redefinir lo que es enseñar y aprender desde un enfoque que se apoye más en la construcción personal y social del conocimiento por el estudiante que en la transmisión de información por el docente. La escuela reinventada sería lograr la generalización de nuevas prácticas educativas, en todos los colegios y aulas, que por una parte potencien el aprendizaje significativo, experiencial, autónomo y colaborativo de los estudiantes, y por otra, que se desarrollen metodologías didácticas innovadoras que apuesten por aprender a través del desarrollo de proyectos de investigación de problemas relevantes y no por la repetición de lo que dicen los libros de texto.
- Plantear una nueva organización educativa del tiempo y el espacio escolar de forma que se mezclen las experiencias formales y no formales de aprendizaje, que exista un continuum de la actividad formativa desarrollada bien en los espacios presenciales y en los virtuales; que se desarrolle una nueva arquitectura de los espacios escolares que rompan con una concepción de colegio que imita a la fábrica con aulas separadas y aísladas unas de otras y caminemos hacia un modelo arquitectónico y pedagógico de centros escolares abiertos, flexibles y polivalentes para el aprendizaje.
- También es necesario redefinir la escuela con relación a la comunidad o sociedad en la que está inserta. Los colegios deben estar más abiertos y permitir un mayor flujo comunicativo o, si se prefiere, de ósmosis e intercambio con los agentes, asociaciones, empresas o entidades culturales políticas, económicas y sociales de su entorno. Educar es socializar, y la escuela tiene que estar plenamente socializada en su comunidad próxima para que sus estudiantes puedan ser también ciudadanos integrados socialmente.
Para llevar a la práctica todos estos supuestos educativos para la escuela digital del siglo XXI es imprescindible contar con profesionales educativos con un alto nivel formativo tanto pedagógico y didáctico como tecnológico. La profesión docente, al igual que ocurre con otros muchos ámbitos laborales y profesionales, se encuentra en un tiempo de mudanza o si se prefiere, de encrucijada. Sus señas de identidad tradicionales como son la transmisión del saber y el conocimiento a las generaciones más jóvenes, la formación y selección de los mejores talentos, y el cuidado de niños y adolescentes empiezan a tambalearse. Esta nueva profesionalidad es un reto más complejo que el hecho de adquirir el dominio de uso de las TIC o de apps aplicadas a la educación. La nueva profesionalidad docente de la escuela digital, además de competencias tecnológicas, requiere también asumir un discurso educativo que suponga formar al alumnado como ciudadanos cultos, críticos y autónomos para que puedan socializarse exitosamente en el ciberespacio.
En esta dirección, desde la Fundación Europea Sociedad y Educación en colaboración con el Laboratorio de Educación y Nuevas Tecnologías (Edullab) de la Universidad de La Laguna hemos organizado un curso online con el título de «Ser docente en la escuela digital» (60 horas). Este es un curso de iniciación que pretende, por una parte, ofrecer los conocimientos básicos sobre Internet, las redes sociales, la ciudadanía y la cultura digital, y por otra desarrollar las competencias profesionales para que un docente pueda enfrentarse y utilizar educativamente dichas tecnologías en su aula con relación tanto creación de contenidos online como al diseño y desarrollo de actividades y proyectos educativos con las TIC. Está dirigido a docentes y profesionales educativos de cualquier nivel o etapa educativa, con un conocimiento básico en TIC interesados en actualizar y mejorar sus competencias digitales y conocimientos sobre la utilización pedagógica de las tecnologías. Te esperamos en el mismo.